jueves, 18 de febrero de 2016

Batalla de La Victoria , 202 años de la gesta Épica

En sus 202  años de la Épica gloriosa Batalla de La Victoria.
Honor a los Héroes

Licenciado. Samuel Omar Sánchez Terán.

La batalla de La Victoria fue una de las guerras de la Independencia de Venezuela, en las que fuerza realistas al mando de José Tomas Boves intentaron tomar la ciudad de La Victoria, pero fueron rechazadas por un contingente republicano, en su mayoría estudiantes, liderados por el general José Félix Ribas.
No obstante ese importante triunfo, el año de 1814 seria dramático para la causa patriota, al final del mismo caería la II Republica, surgida de la Campaña Admirable realizada por Bolívar entre los meses de abril y agosto del año anterior.
De Araure a La Victoria.

En los meses finales del año de 1813, los patriotas no las tenían todas consigo, a pesar del triunfo de Bolívar y Manuel Manrique en la Batalla de Araure, que tuvo lugar el 5 de diciembre en ese escenario del hoy estado Portuguesa.
JoséFélix Ribas era uno de los 11 generales en Jefe que tuvo la gesta emancipadora. Era tío político de Bolívar al haberse casado con Josefina Palacios, había sido expulsado de su tierra natal por su radicalismo, pero cuando sonaron los primeros tiros, fue uno de los primeros en emprender la lucha y estuvo en varios encuentros de la Campaña Admirable con su sobrino político.
Boves y Francisco Rosete, eran los terrores de los republicanos en aquel año 1814. Su avance sobre Caracas desde los Valles de Aragua tenía en ascuas a la Vicente Campo Elias, era derrotado en La Puerta por las tropas de Boves, Caracas se colocaba como presa fácil para los 12 mil hombres del asturiano Boves y organizaría sus huestes en Villa de Cura disponiéndolas en tres columnas: una quedaría allí como reserva; otra marcharía a Caracas por los Valles del Tuy al mando de Francisco Rosete; la otra estaría bajo las ordenes de Francisco Tomas Morales, con un fin eminente: cortar las comunicaciones entre Bolívar y Ribas, el primero en Valencia y el segundo en Caracas. Ribas es ascendido a General de División de los Ejércitos de Venezuela en octubre de 1813 era orden expresa del Libertador, defender la consolidación de la Republica en la región central.
Ribas un estratega se ve desde el 12 de enero hasta el 7 de febrero de 1814, reclutando, entrenando, administrando y disciplinando a los nuevos combatientes, moviéndose entre Caracas y La Guaira. Carteles y efusivos bandos aparecían pegados en todas las esquinas, los toques de corneta hacían temblar a mujeres y hombres; y en las plazas públicas los pelotones de fusilamiento efectuaban las ejecuciones de los que se negaban a enlistarse.
“Todos los individuos, desde la edad de doce años hasta la de sesenta, sin excepción alguna, deberán hallarse en la Plaza de la Catedral, con las armas que cada uno tenga para formar compañías y establecer un plan de defensa de esta Capital, con advertencia que el que no cumpliese esta orden, sera tratado como reo Lesa Patria, y por lo tanto en el mismo día juzgado militarmente”.
Ribas, ante la poca afluencia de voluntarios, advirtió categóricamente: “Se repetirá pues, el toque de alarma a las 4 de la tarde de esta día, y todo aquel que no se presente a la Plaza Mayor y se encontrase en la calle o en su casa sea de edad o condición que fuese será pasado por las armas sin más que tres horas de capilla, ni otra justificación que la bastante para ser constancia su inasistencia”.
Los estudiantes y el amor a la Patria Libre.
A pesar de que el Rector de la Universidad de Caracas, Gabriel Lindo, estuvo en contra de la decisión, 85 estudiantes universitarios respondieron al llamado urgente del General Ribas. Para aquella época la población estudiantil no pasaba de 100 matriculados, debido al pésimo estado de las instalaciones que dejaron el terremoto de 1812 y dada la escasez de docentes. Entre los 12 y los 19 años oscilaba la edad del grupo de adolescentes que cambiaban el libro por el fusil y la lanza, la apacibilidad del aula por la ferocidad del campo de batalla. Ribas personalmente les enseñaría a sujetar los rifles, sostener el machete, armar barricadas y otras claves para el combate.
“Todos marchan contentos, diríase que están de vacaciones ¡Pobres niños! ¡Ligero bozo sombrea apenas la sangre generosa de sus padres que sienten correr ardiente por las venas, y  van a derramarla! ¡La Patria lo reclama!”.
Pescaso para disputarnos la Victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria, mostrarle vuestra omnipotencia. Con esta jornada que ha de ser memorable, no podemos optar entre vencer o morir; es necesario vencer. ¡Viva la Republica!”.
Con estas palabras motivo el sentimiento de identidad, de amor por la patria misma, vencer a los tiranos que pisaban nuestro suelo, y España queriendo imponer su monarquía de Reyes, Ribas junto con su batallón darían la vida por la Libertad de este suelo patrio.
Todo ardería, cañones, fusilería, bayonetas, lanzas y cuchillos; los gritos pavorosos de los soldados caídos y el resuello de los caballos espantados abundaron en aquella escena sangrienta.
A las cuatro de la tarde, cuando ya las fuerzas atrincheradas de los independentista rayaban en la desesperación, apareció entre la tormenta de humo y tierra el refuerzo tan esperado de Vicente Campo Elías y Antonio Ricaurte, con 400 hombres de caballería, desde las afueras de San Mateo. Ribas aprovecho ese momento y con sus 100 mejores hombres procedió a cubrir el refuerzo y a romper  la línea enemiga con irrefutable bravura; no había lugar para prisioneros y todo el que caía en manos adversarias era ejecutado. A las siete de la noche en medio de aquel océano de sangre, los realistas huyeron despavoridos en el desorden. Así cumplió el ejército de Ribas con la Patria.
EL VENCEDOR DE LOS TIRANO EN LA VICTORIA.
Con ese énfasis y en mayúsculas, el Libertador eternizaría la figura del General José Félix Ribas en su proclama: “Sobre quien la adversidad no pueda nada”, horas después de saberse el triunfo.
Vale la pena destacar que Ribas en su parte oficial señala la muerte de ilustres soldados y entre los combatientes ascendidos por el Libertador a petición de Ribas, a los soldados “Huesitos” y “Veneno”, el primero ascendido a subteniente y el segundo a sargento; eran tal vez, ambos estudiantes o simples jóvenes de Caracas.
“Toda la División que entro en acción el 12 de febrero en La Victoria tendrá el privilegio de llevar en la manga izquierda de la casaca un escudo con el mote de DEFENSORES DE LA VICTORIA”, expreso Bolívar el 17 de febrero.
El 10 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decreto celebrar cada aniversario de la batalla como Día de la Juventud, en honor  a los jóvenes que lograron esta importante Victoria.
En todo el país se lleva a cabo actos conmemorativos del Día de la Juventud, pero los actos centrales se realizan en la ciudad de La Victoria, en la plaza principal que lleva el nombre del héroe José Félix Ribas.
Este monumento lo decreto el presidente Andueza Palacio pero fue inaugurado el 13 de febrero de 1895.
José Félix Ribas, fue un hombre infatigable, audaz, un revolucionario a carta cabal, fiel al ideal Bolivariano decidido que, luchando por la libertad de su patria, sacrifico hasta su propia vida.
También por su desprendimiento, porque siendo miembro de una familia rica, lo abandono todo por el bien de su país, hoy más que nunca estamos resueltos a vencer.
Es un ejemplo de constancia y superación ante cualquier obstáculo, con un apego a sus principios que los jóvenes revolucionarios deben cultivar para la felicidad de nuestro pueblo, para defenderlo ante cualquiera que trate de ultrajar el suelo patrio de la República Bolivariana de Venezuela.
Este ideal es reflejado en el árbol de las tres raíces…Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora, llamando a defender nuestra soberanía, a tomar conciencia de identidad, así como esos miles de soldados y mujeres, de nombres  desconocidos, lucharon en las batallas de nuestra Independencia; por el amor a la patria,  tenían claro la Libertad de Venezuela, de ahí que esta generación de oro de jóvenes, como los bautizó el eterno Comandante Hugo Chávez Frías, en sus manos queda el futuro, para seguir adelante y llevar a nuestra Venezuela a ser independiente, a tener conciencia de identidad y sobre todo, que  esta basado en el Plan de la Patria, es nuestra guía de triunfo, seamos esos combatientes de esa gloriosa Batalla de La Victoria y recordemos siempre estas dos frases:
“No podemos optar entre vencer o morir; es necesario vencer”. Jose Félix Ribas.
          “No haremos el futuro grande, que estamos buscando, si no conocemos el pasado”. Hugo Rafael Chávez Frías

 Licenciado. Samuel Omar Sánchez Terán.

La batalla de La Victoria fue una de las guerras de la Independencia de Venezuela, en las que fuerza realistas al mando de José Tomas Boves intentaron tomar la ciudad de La Victoria, pero fueron rechazadas por un contingente republicano, en su mayoría estudiantes, liderados por el general José Félix Ribas.
No obstante ese importante triunfo, el año de 1814 seria dramático para la causa patriota, al final del mismo caería la II Republica, surgida de la Campaña Admirable realizada por Bolívar entre los meses de abril y agosto del año anterior.
De Araure a La Victoria.
En los meses finales del año de 1813, los patriotas no las tenían todas consigo, a pesar del triunfo de Bolívar y Manuel Manrique en la Batalla de Araure, que tuvo lugar el 5 de diciembre en ese escenario del hoy estado Portuguesa.
JoséFélix Ribas era uno de los 11 generales en Jefe que tuvo la gesta emancipadora. Era tío político de Bolívar al haberse casado con Josefina Palacios, había sido expulsado de su tierra natal por su radicalismo, pero cuando sonaron los primeros tiros, fue uno de los primeros en emprender la lucha y estuvo en varios encuentros de la Campaña Admirable con su sobrino político.
Boves y Francisco Rosete, eran los terrores de los republicanos en aquel año 1814. Su avance sobre Caracas desde los Valles de Aragua tenía en ascuas a la población Capitalista, y correspondió precisamente a Ribas frenan esa incursión de los mandos realista Boves, Morales y Rosete.
José Félix Ribas.
Un hombre a toda Prueba.
El panorama era terrorífico, el 3 de febrero de 1814, el general republicano Vicente Campo Elias, era derrotado en La Puerta por las tropas de Boves, Caracas se colocaba como presa fácil para los 12 mil hombres del asturiano Boves y organizaría sus huestes en Villa de Cura disponiéndolas en tres columnas: una quedaría allí como reserva; otra marcharía a Caracas por los Valles del Tuy al mando de Francisco Rosete; la otra estaría bajo las ordenes de Francisco Tomas Morales, con un fin eminente: cortar las comunicaciones entre Bolívar y Ribas, el primero en Valencia y el segundo en Caracas. Ribas es ascendido a General de División de los Ejércitos de Venezuela en octubre de 1813 era orden expresa del Libertador, defender la consolidación de la Republica en la región central.
Ribas un estratega se ve desde el 12 de enero hasta el 7 de febrero de 1814, reclutando, entrenando, administrando y disciplinando a los nuevos combatientes, moviéndose entre Caracas y La Guaira. Carteles y efusivos bandos aparecían pegados en todas las esquinas, los toques de corneta hacían temblar a mujeres y hombres; y en las plazas públicas los pelotones de fusilamiento efectuaban las ejecuciones de los que se negaban a enlistarse.
“Todos los individuos, desde la edad de doce años hasta la de sesenta, sin excepción alguna, deberán hallarse en la Plaza de la Catedral, con las armas que cada uno tenga para formar compañías y establecer un plan de defensa de esta Capital, con advertencia que el que no cumpliese esta orden, sera tratado como reo Lesa Patria, y por lo tanto en el mismo día juzgado militarmente”.
Ribas, ante la poca afluencia de voluntarios, advirtió categóricamente: “Se repetirá pues, el toque de alarma a las 4 de la tarde de esta día, y todo aquel que no se presente a la Plaza Mayor y se encontrase en la calle o en su casa sea de edad o condición que fuese será pasado por las armas sin más que tres horas de capilla, ni otra justificación que la bastante para ser constancia su inasistencia”.
Los estudiantes y el amor a la Patria Libre.
A pesar de que el Rector de la Universidad de Caracas, Gabriel Lindo, estuvo en contra de la decisión, 85 estudiantes universitarios respondieron al llamado urgente del General Ribas. Para aquella época la población estudiantil no pasaba de 100 matriculados, debido al pésimo estado de las instalaciones que dejaron el terremoto de 1812 y dada la escasez de docentes. Entre los 12 y los 19 años oscilaba la edad del grupo de adolescentes que cambiaban el libro por el fusil y la lanza, la apacibilidad del aula por la ferocidad del campo de batalla. Ribas personalmente les enseñaría a sujetar los rifles, sostener el machete, armar barricadas y otras claves para el combate.
“Todos marchan contentos, diríase que están de vacaciones ¡Pobres niños! ¡Ligero bozo sombrea apenas la sangre generosa de sus padres que sienten correr ardiente por las venas, y  van a derramarla! ¡La Patria lo reclama!”.
Así el General Ribas, en la mañana del 8 de febrero de 1814, parte con sus 1500 combatientes y cinco piezas de artillería hacia la población aragüeña de La Victoria, localidad donde confluyen el camino de Valencia a Caracas y el sendero de los llanos, sitio escogido por él para frenar el avance de Boves. El Libertador, desde el Cuartel General de Valencia, lanzo una centelleante proclama en apoyo a la tropa de Ribas, horas antes de la batalla: “Hoy la Libertad, el Honor y la Religión insultada por la más despreciable facción, los llaman con sus sagradas voces. Seguid a vuestro Jefe que os ha conducido siempre a la Victoria, y os dado la Libertad”.
El 10 de febrero llega el ejército de Ribas a la Victoria, la estrategia seria, sobre todo defensiva, el ejército realista los triplicaba en número. Después de algunas escaramuzas iniciales en las poblaciones de San Mateo y Pantanero, con la tropa enemiga dirigidas por Morales, Boves herido se había quedado en Villa de Cura.
Organiza una táctica en cuadricula; los hombres más experimentados ocupan sitios más visibles, mientras que los jóvenes se atrincheran en improvisados muros y paredones, entre las instalaciones de la iglesia y las casas circunvecinas. El atrincheramiento tenaz hacia difícil el ataque de la caballería y los escombros y las barricadas desesperarían al enemigo.
La tierra se estremeció al amanecer del 12 de febrero, justo al ver la cabalgata asesina a pocos kilómetros de distancia, Ribas eleva su espada y grita: “Soldados; lo que tanto hemos deseado va a realizarse hoy, he ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aun me parece escaso para disputarnos la Victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria, mostrarle vuestra omnipotencia. Con esta jornada que ha de ser memorable, no podemos optar entre vencer o morir; es necesario vencer. ¡Viva la Republica!”.
Con estas palabras motivo el sentimiento de identidad, de amor por la patria misma, vencer a los tiranos que pisaban nuestro suelo, y España queriendo imponer su monarquía de Reyes, Ribas junto con su batallón darían la vida por la Libertad de este suelo patrio.
Todo ardería, cañones, fusilería, bayonetas, lanzas y cuchillos; los gritos pavorosos de los soldados caídos y el resuello de los caballos espantados abundaron en aquella escena sangrienta.
A las cuatro de la tarde, cuando ya las fuerzas atrincheradas de los independentista rayaban en la desesperación, apareció entre la tormenta de humo y tierra el refuerzo tan esperado de Vicente Campo Elías y Antonio Ricaurte, con 400 hombres de caballería, desde las afueras de San Mateo. Ribas aprovecho ese momento y con sus 100 mejores hombres procedió a cubrir el refuerzo y a romper  la línea enemiga con irrefutable bravura; no había lugar para prisioneros y todo el que caía en manos adversarias era ejecutado. A las siete de la noche en medio de aquel océano de sangre, los realistas huyeron despavoridos en el desorden. Así cumplió el ejército de Ribas con la Patria.
EL VENCEDOR DE LOS TIRANO EN LA VICTORIA.
Con ese énfasis y en mayúsculas, el Libertador eternizaría la figura del General José Félix Ribas en su proclama: “Sobre quien la adversidad no pueda nada”, horas después de saberse el triunfo.
Vale la pena destacar que Ribas en su parte oficial señala la muerte de ilustres soldados y entre los combatientes ascendidos por el Libertador a petición de Ribas, a los soldados “Huesitos” y “Veneno”, el primero ascendido a subteniente y el segundo a sargento; eran tal vez, ambos estudiantes o simples jóvenes de Caracas.
“Toda la División que entro en acción el 12 de febrero en La Victoria tendrá el privilegio de llevar en la manga izquierda de la casaca un escudo con el mote de DEFENSORES DE LA VICTORIA”, expreso Bolívar el 17 de febrero.
El 10 de febrero de 1947, la Asamblea Constituyente decreto celebrar cada aniversario de la batalla como Día de la Juventud, en honor  a los jóvenes que lograron esta importante Victoria.
En todo el país se lleva a cabo actos conmemorativos del Día de la Juventud, pero los actos centrales se realizan en la ciudad de La Victoria, en la plaza principal que lleva el nombre del héroe José Félix Ribas.
Este monumento lo decreto el presidente Andueza Palacio pero fue inaugurado el 13 de febrero de 1895.
José Félix Ribas, fue un hombre infatigable, audaz, un revolucionario a carta cabal, fiel al ideal Bolivariano decidido que, luchando por la libertad de su patria, sacrifico hasta su propia vida.
También por su desprendimiento, porque siendo miembro de una familia rica, lo abandono todo por el bien de su país, hoy más que nunca estamos resueltos a vencer.
Es un ejemplo de constancia y superación ante cualquier obstáculo, con un apego a sus principios que los jóvenes revolucionarios deben cultivar para la felicidad de nuestro pueblo, para defenderlo ante cualquiera que trate de ultrajar el suelo patrio de la República Bolivariana de Venezuela.
Este ideal es reflejado en el árbol de las tres raíces…Simón Rodríguez, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora, llamando a defender nuestra soberanía, a tomar conciencia de identidad, así como esos miles de soldados y mujeres, de nombres  desconocidos, lucharon en las batallas de nuestra Independencia; por el amor a la patria,  tenían claro la Libertad de Venezuela, de ahí que esta generación de oro de jóvenes, como los bautizó el eterno Comandante Hugo Chávez Frías, en sus manos queda el futuro, para seguir adelante y llevar a nuestra Venezuela a ser independiente, a tener conciencia de identidad y sobre todo, que  esta basado en el Plan de la Patria, es nuestra guía de triunfo, seamos esos combatientes de esa gloriosa Batalla de La Victoria y recordemos siempre estas dos frases:
“No podemos optar entre vencer o morir; es necesario vencer”. Jose Félix Ribas.
          “No haremos el futuro grande, que estamos buscando, si no conocemos el pasado”. Hugo Rafael Chávez Frías



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