martes, 29 de mayo de 2012

La aparición en “La Morena”.

 Don Domingo García, hombre venido de El Baúl, llega en el año de 1955 al sector “La Morena”, en San Carlos, a una casa ubicada en la calle Federación entre las esquinas de la Alegría y Madariaga, le gusta jugar barajas en especial caídas y el tute, muchas veces lo hacen en el hogar de la señora Teresa Sánchez y se pasan horas con otros vecinos entre ellos la señora María Rivero, don Pánfilo y doña María Seijas.
 Le gusta ir por los lados del Cerro San Juan sobre todo donde esta el negocio del recordado “El Pilón de Juan Bimba” de Marcos Vilera, una noche del día miércoles del mes de abril, sale de su casa como a las ocho de la noche, se pone un pantalón blanco y una camisa de color kaki , unas alpargatas de suela , al llegar se ponen a jugar unas partidas de barajas se entretienen con unos deliciosos jugos de piña, están unas vecinas animando porque Don Domingo junto a otros compañeros le han puesto varios zapatos a el otro equipo, al haber perdido varias partidas de caída, cuando se despiden es la una de la mañana, le dicen: “ Domingo, ten cuidado recuerda que sale una mujer que asombra cerca de la iglesia Santo Domingo” , tranquilo les responde: “ aquí va un llanero con guáramo”, se ríe se viene hacia “La Morena”, nota que los perros están ladrando asustado, un viento helado viene bajando desde el Cerro San Juan, esta cerca de la iglesia, delante de él aparece una mujer que no sabe de donde salio, esta vestida con una bata totalmente blanca, el pelo negro le brilla en la noche, siente un escalofrío… no le para y sigue su camino al rato se desaparece , ahora se pone nervioso, se persigna, reza un padre nuestro , apura el paso en la siguiente cuadra siente unos pasos, voltea y es la mujer pero ahora esta envuelta en una negrura, casi se desmaya del susto, se acuerda que lleva en el bolsillo del pantalón un caja de chimo , la saca y toma una pella, camina mas rápido la brisa de la mujer lo lleva coleado, siente que le falta la respiración esta a media cuadra de su casa siente las piernas pesadas hace un esfuerzo sobrehumano logra llegar ,una fuerte brisa se convierte en ventarrón que trata de envolverlo como puede abre la puerta y cerca esta la imagen de la Virgen del Carmen la abraza y le pide que le aleje esa aparición, en ese momento la mujer pega un grito aterrador que la sangre se la heló del miedo y por obra de Dios, la mujer se alejo, como pudo cerro la puerta y se acostó que del susto lo hizo con todo y ropa. 

 A la mañana siguiente se supo como a Don Domingo García, por andar jugando cartas en el Barrio San Juan, la llorona lo asusto. 

 Este cuento es de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de mi padre Samuel Elías Sánchez.

 Samuel...el de Los Malabares.

 El hijo de Samuel Elías Sánchez “el morocho” y Doña Carlota. 
TSU. En Producción de Medios de Comunicación Social.
 Miembro de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Cojedes.

 Sugerencias al correo: omar17_8471@hotmail.com. 

 Nota: Varios de estos cuentos son relatos orales de mi padre el cual ya cumplió este 24 de mayo un año de su inesperada partida , pero desde el cielo estarás disfrutando como tu hijo los recreo para así darlos a conocer, gracias “mi viejo” y bendición.

martes, 22 de mayo de 2012

Cuando asombraron a Doña Rosa y Astrid Manrique.


Este es un relato de la rica tradición oral de la Parroquia Manuel Manrique, siendo su Capital Manrique, ubicado en el Municipio San Carlos del Estado Cojedes.
 Esta historia es la purita verdad por eso los caminantes de las noches dan fe de ello. Sucedió hace pocos años en Manrique, fallece la señora Juana de Ramírez, la esposa de José Ramírez, la noticia llega a San Carlos a casa de la señora Rosa Elvira de Delgado, ella convido a su nuera Astrid Manrique, se van las dos son las 6 de la tarde y agarran la carretera vía Manrique, antes de llegar al velorio Astrid, decide entrar a la casa de su cuñado Beltrán, hijo de Doña Rosa, ahí se entretienen hablando y echando cuentos, Doña Rosa dice: “chica mira son las 7 de la noche” , está bien dice Astrid, se despiden y se van al velorio de la señora Juana de Ramírez, están rezando y acompañando a la familia cuando son las 10 de la noche, llega una señora y dice: “!ah mundo! Hace unos minutos acaba de fallecer la señora Hernández, dice Astrid: “chica tenemos que ir” Doña Rosa dice: “pero a estas horas”, se despiden de la familia Ramírez, Astrid, va manejando su carro con cuidado porque para dicho sitio la carretera esta mala, al llegar ven a la señora María Gertrudis conocida con el apodo de “mamàdela”, le dan el pésame y la difunta esta aun en la cama acompañada de unos familiares y las otras hijas se encuentran en San Carlos haciendo los trasmite con la funeraria, las acompañan y cuando son las doce de la medianoche, se despiden y se vienen antes le dice Doña Rosa: “bueno compañera, ya es tarde vámonos poco a poco además una pequeña llovizna había caído”, Astrid le comenta. “ tranquila vieja”, viene manejando despacio y conversando de las dos amigas que han fallecido, cuando llegan a la bajada del balneario “Los Castores”, el carro se apaga de repente...no da ni palante ni para atrás, se bajan las dos a ver si alguien pasa a esas horas y las auxilie, un viento helado viene bajando de Manrique se ve una espesa neblina que las envuelven, las dos se estremecen y empiezan a temblar, Doña Rosa por instinto dirige la mirada hacia un lado de la carretera donde está un árbol de mango y otros de merey, ve a un hombre y este medio voltea su cara es blanca, nota que los pantalones son de color gris y lleva puesta una camisa de color blanca, Doña Rosa dice: “ mira muchacha no te asuste... pero en la pata del mango y del merey hay un muerto ahorita “ Astrid, dice : “donde vieja” esta le dice : “allá chica” “ Astrid, mira y no ve nada : “ !ah pues Doña Rosa¡ No veo nada”, se hace un silencio nunca sentido por las dos; una fuerte brisa llega estremeciendo los árboles y un frío les recorre todo el cuerpo Astrid, se pone como las gallina grifas espelucada, Doña Rosa se pone a rezar un Ave María y Astrid la acompaña, se meten en el carro y por obra de Dios, Astrid logra encender el vehículo y se vienen, Doña Rosa voltea y, lo ve aun en la mata de mango Astrid, ve por el retrovisor y logra ver al hombre, este le saca la mano, ella frena bruscamente y pregunta Doña Rosa ¿Que pasa muchacha? Le dice: “ lo vi y me saco la mano”, en ese momento viene un carro desde San Carlos y pasa por un lado de ellas alumbra el sitio donde está el muerto y nada, ahí si Astrid, arranca el carro y pisa el acelerador vienen las dos callada y cuando llegan al sector conocido como Mango Redondo, es que reaccionan Astrid, viene pálida y le dice a Doña Rosa, “chica que fue eso”, le dice ella “que va a hacer es un muerto y estos no dan la cara”.
 Al día siguiente comentan como a Doña Rosa y Astrid Manrique, el muerto las asombro en “Los Castores” de Manrique.

Este cuento es de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de Doña Rosa de Delgado.

 Samuel...el de Los Malabares.
 El hijo de Samuel Elías Sánchez “el morocho” y Doña Carlota.
TSU. En Producción de Medios de Comunicación Social.
 Miembro de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Cojedes.
 Sugerencias al correo: omar17_8471@hotmail.com.

jueves, 17 de mayo de 2012

Aquellos cazadores de Pájaros.


 A mediados del año 1977, en el barrio “Los Malabares”, se respira los aires de pueblo, abundan las matas de mangos del tipo bocado, burrote, piñita entre otros al igual que  de naranja y guayabas. Espectacular son  las tardes y  ver las bandadas de pericos posados sobre los copos de los àrboles, escuchar sus cotorreos...dígame cuando se ponen a pelear que alboroto hacen, igualmente oír el canto de pájaro cristofué, del bengalí, el chirulí.
 Un sueño ver ese paraíso...son pocos los sitios en donde se observa el compartir de la naturaleza, muchos solares de las distintas casas se observa y así empezó esos cazadores de pájaros.
Dicha camarilla de muchachos son: Roberto Hernández (robertico o chivo arrecho), José Marín (cheo), Ismael Garmendia (bachaco), Manuel Matute (malu), Emiro Pedreañez (cara e niña), Rómulo ( burro negro), Eucadio Materan (locadio), José Domingo Míreles ( mingo o cotejo), Tricilio Diloreto, otro de los cazadores que tenia una gran variedad de pájaros, pero lo hacia solo es Ciro Arias.
 Un día cualquiera de la semana se ponen de acuerdo para ir a cazar pájaros, cada uno pide permiso a sus padres y se van para el barrio “El Carmen”, donde esta ubicado actualmente el Terminal de Pasajeros, había pocas casas, lo que si abundaba era el monte y culebras por sipotazos, abundaban los pájaros de variedades distintas.
La camarilla se ha llevado en las jaulas sus mejores pájaros pitadores entre ellos: “los pico e' plata negro y azul, cuando cantan los demás se acercaban y quedan atrapados en un varilla de alambre impregnada con pega, la cual es hecha por ellos mismo, el famoso chicle negro o papaupa, se le agrega leche del árbol conocido como pan de palo, lecherito y caucho, quedaba que cualquier cosa la toca y se pegaba. Se van a las 3 de tarde a la faena de cacería, se llevan una cantimplora con agua para calmar la sed, igual varios panes salados rellenos con diablitos.
Han caminado casi 4 kilómetros desde la calle principal, y llegan donde esta el comedero de los pájaros. Dicho sitio es una montaña donde sobresale una arboleda de mangos, y un pequeño riachuelo donde se acerca una variedad diversa de pájaros, al igual que de conejos, lapas, venados, ¡guau! Una belleza, hasta monos y araguatos se ven trepados en los copos de los árboles. Preparan las jaulas son casi las 5 de la tarde y cosa rara no han agarrado ni un solo pájaro, ni han aparecido ningún animal a tomas agua al riachuelo ni bullas oyen, ni el cantar de los grillos, se siente un silencio de tumba...
Dice “mingo”: < ¡gua muchachos que pasará!>, no hay pájaros, parece esto un cementerio” dice Ismael, pero antes se persigna: “cállate culillo, no digas eso”; José “cheo” les repica: > estos guaros si son patulecos> “y se ríe. En ese momento empiezan a llegar una gran variedad de pájaros nunca vistos por ellos y un canto que los deja embobados... se ponen más alegre que gallina comiendo maíz, de repente... los araguatos están aullando como asustados, un brisa hace su aparición estremeciendo todos los árboles, en la lejanía oyen un perro latir, algo anda mal, un intenso frío les recorre todo el cuerpo a cada uno de ellos, de la nada aparece una especie de águila y dice “malu” > que de pinga muchachos...>.
Ven aparecer un remolino y llega donde esta el águila extiende ella sus alas y se van agrandando que la cabeza se pone del tamaño de un burro, emite un sonido que les llega hasta los tuétanos, ahora si el miedo los agarró, a Ismael, los pelos se les alisaron y por primera vez los tuvo lisos, el malu, se puso blanco y eso que es de color, el guaro cheo, quedó como estatua en plaza Bolívar, “cara e niña” temblaba como gelatina, robertico pego un grito y alcanzó a decir: “ ¿Que vaina es eso muchachos?”.
Del susto lloran y como pueden agarran las jaulas de los pájaros y salen corriendo como estampida de ganado desbocado, los panes volaron por los aires, la cantimplora la dejaron y mientras salían de la selva, se oyen los pájaros que se ríen de ellos y una voz se escucha como salida de ultratumba... vengan a cazar, vengan a cazar... Salen más asustados que ratón en fiesta de gatos, nunca más fueron a cazar dicha camarilla de amigos de “Los Malabares” a ese sitio.
 Este cuento es de la rica tradición oral de la comunidad “Los Malabares” y es de mi autoría.

 Samuel...el de Los Malabares.
El hijo de Samuel Elías Sánchez “el morocho” y Doña Carlota.
 TSU. En Producción de Medios de Comunicación Social.
Miembro de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Cojedes.

jueves, 3 de mayo de 2012

Batalla de La Independencia en suelo cojedeño

Conmemoración de los 200 años. La Batalla de Cojedes.

En la población de Cojedes, conocida popularmente como Cojeditos, cerca del lugar denominado “Cerro Grande”, se ubica el sitio donde ocurrió La Batalla de Cojedes el 2 de mayo de 1.812.
 El general José Antonio Páez avanza hacia San Carlos por órdenes de El Libertador Simón Bolívar. Estaba en la Villa de San Carlos de Austria el Brigadier Realista Miguel La Torre, quien comandaba tres mil hombres para el combate.
 Al llegar Páez, encontró un Batallón de caballería que “salía de ella y la arrollamos con nuestras cargas, penetrando hasta la misma Plaza donde estaban acuarteladas las tropas, en las casas de alto, de allí nos hicieron fuego y tuvimos que retirarnos fuera de ella ciudad”. La Torre salió de San Carlos y tomó posesión del cerro San Juán. Páez duro cinco días en la llanura cercana, frente a él.
La sospecha que La Torre estaba esperando refuerzos hizo que Páez se decidiera a marchar hacia el pueblo de Cojedes, para reunirse con las fuerza de Caballería del Coronel José Antonio Rangel, quien estaba en Cabudare y reforzarse con su tropa. Pero Rangel le desertaron gran parte de sus tropas y solamente le quedaban doscientos hombres de caballería, los cuales estaban a disposición del “Centauro de los Llanos”. Batalla de Cojedes 02-05-1818
El historiador Esteves narra los hechos: “La Torre llega el día 23 de abril a SAN CARLOS y Correa se le incorpora el 30. El 1ro de mayo la descubierta realista se topa en CAMORUCO con Páez, al oeste de SAN CARLOS, pero retrocede buscando atraerlo. Páez se presenta el 2 de mayo con 300 hombres en el llano de COJEDES, o llanura de ONOTO, al occidente de SAN CARLOS, y le presenta formal batalla a La Torre que tiene 1000 efectivos.
 Se traban en combate y al final de la cruenta lucha, después de grandes pérdidas por ambos lados, los dos bandos reclaman el triunfo proclamándose vencedores por su parte” (Edgar Estévez: Ob. Cit. P 117).

La versión realista de esta batalla aparece en la Gaceta extraordinaria de Caracas del jueves 7 de mayo de 1818, donde Pablo Morillo le oficia al Capitán General y le comunica que, con fecha 2 de mayo, el Brigadier La Torre desde el pueblo de Cojedes le informa lo siguiente: “A la madrugada del día de hoy salí de SAN CARLOS con dirección a este punto, donde presumía podría encontrar los enemigos. Marché seis leguas hasta CAMORUCO, donde pensé sestear, en cuyo momento se presentó la vanguardia del rebelde Páez, que unido ya a Rangel, Romero y Cuesta marchaba sobre SAN CARLOS,.
 Rechazada aquella en número de 300, continué un movimiento, decidido a batirlo donde me presentase la batalla, y en efecto la presentó a un cuarto de legua del pueblo de COGEDES, once leguas de mi anterior posición en SAN CARLOS. Sus fuerzas ascendían a 1500 caballos largos, y dos batallones de infantería, que en su total tendrían de 600 a 800 hombres.
El terreno era un llano inmenso. Mi formación fue por masas en batalla los batallones, y la caballería a los flancos y retaguardia. En esta disposición los ataqué y vencí a paso de carga. Su infantería nos recibió rodilla en tierra y armas presentadas hasta medio tiro de pistola, que rompieron y rompimos el fuego. A corto rato fue abandonada su infantería de las grandes masas de caballería, en cuyo momento fue totalmente degollada por nuestra caballería, que continuó sus ataques contra la enemiga, y la victoria se decidió en todas sus direcciones por las armas del Rey nuestro señor. La pérdida total de los rebeldes pasa de mil hombres. La nuestra llegará a ciento entre muertos y heridos...” (Gaceta de Caracas: Vol. VII: p 1445).
La versión patriota aparece reflejada en el boletín del ejército libertador del 13 de mayo de 1818, firmado por Santander: “...La división del General Páez marchó sobre SAN CARLOS que ocupó después de haber sido completamente batida la columna enemiga, que inútilmente emprendió defender aquella ciudad...
Los enemigos, resolvieron salir contra las fuerzas del General Páez, y al efecto reunieron todas sus guarniciones de las plazas, y aun los cuerpos cívicos de Caracas. Con este nuevo ejército, bajo las órdenes del Brigadier La Torre se presentaron el 2 del corriente en las llanuras de COJEDES, en donde nuestras tropas esperaban con impaciencia.
Es aquí donde se ha dado su combate sangriento, y en donde los españoles han acabado de conocer la superioridad de nuestra caballería... Nuestro ejército le aguardó en formación de batalla: El General Anzoátegui mandaba la infantería, el Teniente Coronel Cornelio Muñoz la caballería de la derecha, y el Coronel Iribarren la de la izquierda; el Coronel Rangel mandaba la reserva... El campo quedó cubierto de mil cadáveres, multitud de armamento, municiones, comisarías, y gran cantidad de prisioneros. El Brigadier Correa, jefe del Estado Mayor General, y el Coronel González Villa, han muerto entre otros oficiales de graduación...” (Escritos del Libertador: Tomo XIII p 238).

Es una de las batallas donde fue escenificada en tierras de Cojedes y se cumplió 200 años, es bueno que se conozcan estas efemérides y sobre todo que se haga un monumento donde sucedió este hecho histórico.

Samuel Omar Sánchez Terán.
El hijo de Samuel Elías Sánchez (el morocho) y Doña Carlota
 Samuel…el de Los Malabares.
 TSU. En Producción de Medios de Comunicación Social.
 Miembro de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Cojedes
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