sábado, 29 de septiembre de 2012

Don Peloyo y el Extravio

Don Peloyo

 Cuando el llano era llano, los llaneros en lomos de sus briosos caballos se dirigían a sus faena y las estrellas con su titilar en el firmamento eran la luz de los caminantes. José Gregorio Herrera conocido como “don peloyo” para ese tiempo era el encargado del Hato “La Catalda”.
Son las diez de la noche sale de la casona y se dirige hacia el potrero, abre la puerta de tranca y ensilla su caballo favorito uno de color ruano, esta con su inseparable sombrero pelo e guama y su liquilique, toma camino hacia el morichal ira a revisar un ganado que está en otros corrales, lleva un lago trecho recorrido cuando en la soledad de la llanura oye un berrido demasiado feo es como un llanto jamás escuchado por él, ve para todos los lados y esta solo…vuelve a sentirlo más fuerte ahora si siente miedo…, se arma de valor y sale a todo galope en su caballo que también está asustado al cabo de una hora se da cuenta que no conoce ese sitio esta extraviado, no se acuerda del camino ha perdido por completo el sentido de orientación. Conocía cada sendero de esa sabana como la palma de la mano pero esta vez no sabía dónde estaba. como buen baquiano de los misterios del llano llega donde hay un molino, se baja de su caballo, se persigna agarra la cobija y la tiende en el suelo; acostándose boca abajo sobre ella ha pasado más de dos horas cuando se levanta ya ha recobrado el sentido de orientación. Oye el canto de los gallos de las casas cercanas a la finca, son las cinco de la mañana esta incrédulo porque jura que recorrió muchas leguas sobre su caballo y se da cuenta que está cerca de la finca ha estado dando vuelta en círculo, regresa todo extrañado, al llegar lo ven los obreros que salen a la faena y lo detiene porque aun “peloyo” anda un poco tembloroso se baja de su bestia y le cuenta lo sucedido, ahí uno de los muchacho le comenta no compa a mi tío Ramón le paso algo peor, salió a cazar y se perdió por esos montes por espacio de cinco días y cuando reacciono estaba dando vuelta en círculo, dice la gente que son los guardianes de la sabana que los hacen extraviar y más bien de le gracias a Dios porque otros jamás se les ha encontrado y que sus almas en las negras noche negra se les ve recorriendo esos montes como animas en penas buscado a otros seres para llevárselos y así aligerar sus sufrimientos y poder salir de purgatorio donde se encuentra .
 Desde ese momento “peloyo” juro no salir para esos sitio solo y tampoco olvido su cajita de chimo que es contra para eso espantos.
 Este cuento es de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de José Gregorio Herrera conocido como “don Peloyo”.
 Samuel...el de Los Malabares.
El hijo de Samuel Elías Sánchez “el morocho” y Doña Carlota.
TSU. En Producción de Medios de Comunicación.
 Miembro de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Cojedes.
 Miembro de la Red de Patrimonio Cultural Inmaterial de Cojedes.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Tradicion oral de Manrique

Las Ánimas en los Castores.

 Este relato es de la tradición oral de Manrique en San Carlos Estado Cojedes. 
 Dicho sitio es un encanto por la belleza de sus paisaje al igual de sus relatos orales desde su fundación. El balneario “Los Castores”, sitio predilecto en tiempos de vacaciones, sus aguas cristalinas invitan a disfrutarlo en familia, Paola Manrique y su hermana Astrid, están al frente del negocio, a los visitantes que acuden allí les preparan unos ricos hervidos de gallina el cual queda para chuparse los dedos, acompañado con guarapo de papelón y de piña para la sed. Astrid, se casa con Rafael Simón Delgado, al paso del tiempo junto a su hermano Hildomero conocido como “mero”, están al frente del balneario se esmeran en la atención al visitante, de lunes a Domingo, esta full era un verdadero oasis para el disfrute, también alquilaban una parte del reservado para cualquier acto que lo necesitaran. 
Un domingo Juan Felipe, llega al balneario, esta “mero” y le dice “mire compa mero, este lunes necesito que me reserves el salón”, responde: “¡gua chico¡ no hay problema, te recuerdo que ese día aprovechamos para lavar el negocio y así dejar todo ordenado. 
Está bien compa “mero” es que me llegaron unos familiares de la ciudad y quiero disfrutar en familia un rato, yo te aviso. Ese lunes, habían lavado y dejado todo ordenado, son las tres de la tarde Rafael, se va porque tiene que hacer unas diligencias en San Carlos, dice “mero”: “tranquilo hermano me quedare esperando a Juan” son las seis y media y como este no llega, cierra la puerta principal se viene hacia Manrique. 
A las siete de la noche llega un vehículo es Juan acompañado de su amigo Evelio, venia avisarle al cámara “mero”, que por motivos ajenos no utilizaría el salón llega al estacionamiento, ven hacia el recodo donde esta una especie de corredor y de ahí hasta los salones, donde esta una puerta y da hacia la cocina, alcanza a ver una luz de los bombillos de la planta eléctrica que sale por debajo de la puerta, dijo: “ahí está mi compa mero”, Juan, estaciona el vehículo lo dejan bajo una mata de jobo, cuando se están acercando los dos a la cocina, oyen que están lavando unos platos y a la vez un rezo: “ ¿Qué raro mi compa rezando?” Tocan la puerta y nadie responde, deciden ir por la parte de atrás, cruzan el portón, ven a través de la ventana para sorpresa estan unas mujeres vestidas totalmente de blanco, y desaparecen antes sus ojos, los dos amigos asombrados regresan a Manrique, llegando a la casa de Doña Rosa preguntan por “mero”, este sale y al verlos jipuchos y temblorosos les pregunta: “ ¿Qué les paso que vienen así?” Todo tembloroso le comenta lo sucedido . 
 Así se supo cómo a Juan Felipe y Evelio, las ánimas los asustaron en el balneario Los Castores. 

 Este cuento es de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de Hildomero Delgado conocido como “mero”.

 Samuel...el de Los Malabares. 
El hijo de Samuel Elías Sánchez “el morocho” y Doña Carlota. 
TSU. En Producción de Medios de Comunicación. 
Miembro de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Cojedes. 
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sábado, 8 de septiembre de 2012

Relatos orales de la Tradicion de San Carlos

. La Pesca.

Esto le sucedió a Francisco Sánchez “pancho” y su compadre Malpica, en ese época están desempleado pero se rebuscan para llevar cada uno la comida para sus casas, agarran la ceba de ir de casería o de pesca todas los días a las cinco de la tarde hacia el río Cajuara, se van por la carretera y se paran frente a una bodega, compran un par de tabacos según para espantar los zancudos que abundan. Llegan al sitio ya entrando la noche pancho, carga una linterna y alumbra hacia un lado y ven a un ratoncito sobre unos huesos de pescado. Malpica se coloca debajo de un árbol y lanza su anzuelo, su compadre está cerca de una piedra igualmente pescando, cuando sienten que un perro masticando huesos de pollos. Comenta pancho: compadre ese perro es bueno por la muela. Este alumbra con la linterna y ve de nuevo al ratón , vuelve a la piedra y de nuevo lo vuelven a sentir, dice Malpica vamos a prender los tabacos para espantar la plaga, lo sienten de nuevo ahí dicen vámonos no han pescado nada, están nervioso se montan en el jeep y esa máquina parece que viene forzada dice Malpica: mire compa así se reviente esa caja nosotros salimos de aquí, al salir a la carretera el sonido se le quita ahora suena como una seda los dos vienen asustados en el camino do dicen nada. Al rato pancho dice: oíste como ese perro comiendo huesos y dice el compadre, mire compa yo no vio ningún perro solo a un hombre vestido de blanco detrás de ti y de ahí se metió al lado del árbol.
 Este relato es de Francisco Sánchez pancho, compilado por Samuel Omar Sánchez Terán.

En el Hospital de Los Llanos.

Son las dos de la mañana en el viejo Hospital de “Los Llanos”, ubicado donde ahora está la Plaza Manrique en San Carlos Estado Cojedes. Están sentados en un borde de la media pared entre ellos: Modesto, concho, la señora Ana de Rojas y María Castillo. De repente pasa en frente un perro enorme grande. Ahora pasa una mujer muy bella de pelo negro que le brilla y concho como hombre parrandero al verla su corazón latió fuerte y la sigue ella dice: hola moreno te gusto y embobado le dice y se va con ella frente al aserradero el cual queda al frente del nosocomio y estaba donde hoy en el Consejo Legislativo. Al llegar la mujer se empieza a quitar toda su ropa de esa belleza ahora es puro huesos, el pobre concho se pone morado del miedo, esta asombrado y la mujer desaparece y este se viene hacia el Hospital al llegar las amigas lo socorren al rato reacciona y les cuenta lo sucedido.
 Este relato es de Ana de Rojas.
 Compilado por Samuel Omar Sánchez Terán Samuel...el de Los Malabares.
El hijo de Samuel Elías Sánchez “el morocho” y Doña Carlota.
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