domingo, 10 de enero de 2016

Historia e Identidad

A 156 años de la muerte del General del Pueblo. Ezequiel Zamora.
El General del Pueblo.


Ezequiel Zamora, nació en Cùa, estado Miranda, el 1 de febrero de 1817, huérfano de Alejandro Zamora un Capitán de la Independencia y su madre Paula Correa.
Su educción fue rudimentaria, sensibilizado por el atropello al pueblo, que percibía en su recorrido por los llanos comprando ganado y desde el mostrador de su modesta pulpería en Villa de Cura, Zamora decidió emprender una carrera política, como delegado liberal quedo electo en la lista de postulados para las elecciones de 1846, pero su registro, junto al de centenas de liberales, fue anulado como parte del plan de fraude planificado por Páez.
En 1846, se levantó en armas, en Barlovento dirigidos por Manuel Echandia, Mariano Tirado y Tomas Galarraga; en Barbacoa y Tiznados liderados por Pedro Aquino, Segundo Martínez y Evangelisto Cabeza; en Barinas comandados por Pedro Blanco y Julián Díaz; en Guárico con Juan Moronta, Santiago Moreno y Juan Pomposa, igualmente en las serranías de Carabobo y Aragua liderada por Francisco José Rangel, conocido como el “Indio Rangel” fue capturado y decapitado el 14 de marzo de 1847 y su cabeza llevada a José Antonio Páez. Zamora fue hecho prisionero el 25 de marzo de 1847 y condenado a muerte el 27 de julio de ese mismo año. Aun cuando esta insurrección fue derrotada y sus líderes asesinados o encarcelados, la misma profundizo las contradicciones en el seno de las clases dominantes, generando una ruptura entre José Antonio Páez y José Tadeo Monagas, quien bajo la presión popular por Paula Correa, la madre de Zamora, conmutó la pena de muerte por diez años de cárcel en Maracaibo.
Las contradicciones entre las clases dominantes desembocaron en un pacto del Presidente José Tadeo Monagas con los liberales, quienes el 24 de enero de 1848 asaltaron el Congreso Nacional para evitar que la mayoría paecista aprobara un juicio a Monagas. Ezequiel Zamora, quien había escapado de la cárcel el 22 de noviembre de1847, fue incorporado como oficial con el grado de Comandante al ejército Nacional para combatir la rebelión convocada por Páez.
Este último, después de humillantes derrotas militares como la infringida por el Lancero e la Independencia José Cornelio Muñoz, el 10 de marzo de 1848, en la sabana de los Araguatos en Apure, fue apresado en los llanos de Cojedes el 14 de agosto de 1849 por el héroe de la Independencia, General José Laurencio Silva y entregado en custodia al Comandante Ezequiel Zamora, para ser trasladado desde el Campo de Monagas (macapo) hasta la ciudad de Valencia.
El 20 de febrero de 1859 estalla en Coro la Guerra Federal. El General Ezequiel Zamora se puso al frente de la revolución Federal con un programa contra la pena de muerte, contra el peculado y la corrupción, y en favor del sufragio universal. La base ideológica que impulsaba la guerra era la lucha contra los opresores y a favor de los oprimidos. Este logro aglutinar las masas populares que desde la guerra de la independencia eran engañadas con falsas promesas, planteo la eliminación de latifundio y de todas las formas de opresión económica, política y social.
Zamora, de inmediato, se dedicó al trabajo político y a la organización del Ejercicito Federal de Occidente, del cual fue nombrado General de División y Jefe de Operaciones, el 25 de febrero de 1859.
Desde Coro y al frente de un ejército de campesinos, llamado oficialmente Ejército Federal de Occidente, libró una exitosa campaña contra los godos, dirigidos militarmente por el General León Febres Cordero. Los combates de Boca de Yaracuy (22 de marzo), El Palito, Carabobo (23 de marzo), toma de San Felipe (28 de marzo), sitio de Barquisimeto (3 de abril), combate de Araure, Portuguesa, donde se entonó oficialmente el Himno de la Federación (5 de abril), sitio de Barinas (16 de abril), San Lorenzo, 24 horas de cañoneo con las tropas del General José Laurencio Silva (27 de abril), ocupación de Guanare (10 y 12 de mayo) y toma de Barinas (18 de mayo) abrieron las puertas para constituir el Estado Federal de Barinas (22 de mayo de 1859). De hecho los combates de Barinitas (15 de junio) La Bellaca (20 de junio) sitio de Guanare (agosto-septiembre), toma de Barquisimeto (4 de octubre) y centenares de escaramuzas dieron cuenta de la fortaleza político militar del ejército revolucionario. El 2 de agosto de 1859, la oligarquía conservadora derroco al dictador Julián Castro, este hecho fue aprovechado por los federales caraqueños para promover la rebelión desde la plaza de San Pablo en pleno centro, la misma fue sofocada, con un saldo de 60 muertos y centenas de heridos y detenidos, esto se le conoció como la “Sampablera”.
Todas estas victorias el pueblo lo aclamaba como el “General del Pueblo”, por eso Falcón y Guzmán, nunca reconocieron la autoridad de Zamora y mucho menos el programa revolucionario y como quinta columna se dedicaron a frenar el impulso revolucionario de la guerra, como quedó demostrado en distintos sucesos antes y después.
La Batalla de Santa Inés, el 10 de diciembre de 1859, constituyo un verdadero tratado de estrategia y táctica militar, diseñado por Zamora y ejecutado por 5.000 campesinos y campesinas “patas en el suelo” que usando una maniobra de falsa retirada, combinada con el recurso de trincheras, emboscadas y el incendio de la sabana, le dio un golpe estratégico a las tropas de la oligarquía, dirigidas por el General Pedro Estanislao Ramos, los coroneles Manuel Vicente de Las Casas, Olegario Meneses, Antonio Jelambi y el Comandante José María Rubín, entre otros prestigiosos oficiales godos.
Tras la victoria, Zamora se dio a la tarea de perseguir a los restos del ejército godo hasta la cordillera andina, librando intensos combate durante 17 días en Barinas, Maporal, Corozo, Bostero y Curbati.
Ezequiel Zamora y el ejército tomó rumbo al centro, y en el camino resolvió ocupar a San Carlos, a las 10 de la mañana del 10 de enero de 1860 recibió un balazo mortal en la cabeza que le entró por el ojo izquierdo, proveniente de un tirador hasta ahora desconocido, mientras inspeccionaba obras de defensa, como único testigo del hecho Antonio Guzmán Blanco, sobre el cual quedó el señalamiento intelectual del crimen.
Con Zamora moría también la revolución campesina y popular. Por eso la oligarquía celebró en Caracas con la triste y célebre frase, expresada por el fanático de la oligarquía Juan Vicente González: “bala afortunada, bendita sea mil veces la mano que te dirigió”.
El 24 de abril de 1863, Pedro José Rojas, en nombre de Páez y Antonio Guzmán Blanco, representando a Falcón, firmó el tratado de Coche, que puso fin a la guerra Federal.
En esta nueva visión histórica insurgente el espíritu del General del Pueblo Ezequiel Zamora, cabalga por la patria Venezuela, sembrando el ideario Bolivariano del Padre de la Patria Simón Bolívar, y retomando  las consigna, todos somos pueblos y ahora es la verdadera batalla de ideología, de identidad, de pertenencia y es parte del árbol de las  tres raíces junto a Simón Bolívar y Simón Rodríguez, el eterno comandante Hugo Chávez Frías, donde nos identifica con la lucha contra las desigualdad heredaras después de la ruptura del vinculo colonial y nos dice que somos un país rebelde e insurgente, por nuestra venas llevamos el ideario bolivariano y  el eterno Chávez lo retomo como un bastión de las luchas del pueblo venezolano contra el imperialismo y  ahí aquel que se atreva a profanar nuestra tierra soberana, este gran pueblo unido y rodilla en tierra vencerá.

Aun retumban las frases:

“La tierra no es de nadie, es de todos”.
“Respeto al campesino”
“Todos somos iguales”.
“Tierra y hombres libres”.
Zamora Vive en el Pueblo


Samuel…el de Los Malabares.
El hijo de Samuel Elías (el morocho) y Doña Carlota.
Samuel Omar Sánchez Terán.

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